Vivir el amor que prometimos

En última instancia, la cohesión y la unidad de la familia dependen del compromiso de sus miembros, comenzando por el pacto de los cónyuges de preocuparse por el otro. Lamentablemente, la historia bíblica está plagada de ejemplos de promesas incumplidas, de confianzas traicionadas y de falta de compromiso, cuando no debería haber sido así. Las Escrituras también tienen ejemplos conmovedores de personas comunes que, con la ayuda de Dios, asumieron un compromiso con sus amigos y sus familiares, y cumplieron sus promesas.

Observa las siguientes familias y su nivel de compromiso. ¿Cómo se pudo fortalecer el compromiso en algunas familias? ¿Qué fomentó el compromiso demostrado por los demás?

Compromiso entre padres e hijos (Gén. 33:12-14Éxo. 2:1-10).

Compromiso de hermanos (Gén. 37:17-28).

Compromiso familiar (Rut 1:16-182:1112203:9-134:1013).

Compromiso matrimonial (Ose. 1:23683:1-3).

Cuando nos comprometemos con otra persona, como en el caso del matrimonio o en la decisión de tener o adoptar un hijo, debe haber una entrega voluntaria de nuestra parte para tomar una decisión diferente en el futuro, una entrega del control sobre un segmento importante de nuestra vida. Las leyes pueden refrenar un comportamiento negativo, pero el matrimonio y las relaciones familiares necesitan amor en su seno para poder prosperar.

¿Qué significa para ti personalmente la promesa de compromiso de Jesús (Heb. 13:5)? ¿Qué efecto debe tener su compromiso contigo en tu compromiso con él, con tu cónyuge, con tus hijos y con los demás creyentes?


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