La envidia es carcoma de los huesos. Proverbios 14:30.
La envidia de la virtud hizo a Caín criminal.
¡Gloria a Caín! Hoy el vicio es lo que se envidia más.
—Antonio Machado
Así comenzó la historia de las relaciones humanas después de la caída de nuestros primeros padres. La envidia de Caín atacó la virtud de Abel.
La envidia de los hijos de Jacob atacó la virtud de José. La envidia de Saúl persiguió la virtud de David. La envidia de los sacerdotes y ancianos atentó contra la piedad de Jesús.
Y tú, ¿eres envidioso? Si otros con las mismas oportunidades que tú alcanzan más logros, podrías caer bajo el poder de la envidia.
Fray Luis de León, varón piadoso y figura del Siglo de Oro de las letras hispanas, fue arrojado a los calabozos de la Inquisición española, y cuando salió libre dejó estas palabras escritas en un muro de su celda:
Aquí la envidia y mentira me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado del sabio que se retira de aqueste mundo malvado, y con pobre mesa y casa, en el campo deleitoso con solo Dios se compasa, y a solas su vida pasa, ni envidiado ni envidioso.
Mal negocio es la envidia. Es un reconocimiento de la superioridad ajena y del fracaso propio. Por lo menos Caín envidió la virtud de Abel. Hoy somos más miserables: no envidiamos la virtud, envidiamos el vicio, como dijo Machado.
Un cartel de la droga envidia a otro que obtiene mayores ganancias envenenando a la gente, y le declara la guerra. Un político rapaz envidia a uno que roba más porque tiene más poder. Los nuestros son tiempos de antihéroes. Ya no se trata de vencer al adversario mediante la superioridad moral sino de asestarle un daño mayor. Japón destruyó algunos barcos en Pearl Harbor, y la venganza consistió en dos bombas atómicas sobre ciudades japonesas pobladas de civiles. ISIS quiere ser más malo que todos. El hombre es lobo del hombre, y la tecnología le ha afilado los dientes.
