SÉ HUMILDE Y AGRADECIDO
“Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada” (Dan. 4:35).
Prácticamente todos los documentos reales antiguos que conocemos glorifican al rey. Por lo tanto, un documento como este, en el que el rey admite su orgullo y su comportamiento bestial, apunta a una conversión auténtica. Además, al escribir una carta en la que relata su experiencia y confiesa con humildad la soberanía de Dios, el rey actúa como misionero. Ya no puede guardarse para sí lo que experimentó y aprendió del Dios verdadero. Por consiguiente, lo que hemos visto en esta oración y alabanza del rey (Dan. 4: 34–37) revela la realidad de su experiencia.
Por supuesto, Dios sigue cambiando vidas hoy. No importa cuán orgullosas o pecaminosas puedan ser las personas, en Dios hay misericordia y poder para convertir a los pecadores rebeldes en hijos del Dios celestial.
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