“Modelo para un mundo mejor”

En su misericordia, Dios siempre ha tenido personas con quienes ha mantenido una relación especial. En las historias de Enoc, Noé, Abraham, Isaac y Jacob, entre otros, vemos que Dios anhelaba reconstruir la relación dañada con los seres humanos. Pero no era solo para beneficio de estas pocas personas y sus familias. El hecho de conectarse con Dios y de recibir su bendición era parte de un plan más amplio para restaurar esa relación y compartir la bendición con los demás. Como Dios le dijo a Abraham: “Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Gén. 12:23). Así como él fue bendecido, podría ser una bendición para los demás.

Esta bendición vendría a través de la nación de Israel y, en última instancia, del Mesías, que vendría de esa nación. Con la creación del pueblo de Israel, Dios ahora estaba trabajando con toda una nación. Por lo tanto, se dispuso a darles leyes, normas, fiestas y prácticas que serían un estilo de vida para que, quienes recibían las bendiciones de Dios, también pudieran bendecir a los demás.

Sin duda este principio todavía existe hoy.

¿Eres tu un modelo para un mundo mejor?

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