“La restauración final de la unidad”

 “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 Ped. 3:13).

Una de las mayores promesas de la Biblia es la del regreso de Jesús. Sin eso, no tenemos nada, porque nuestras esperanzas se centran en esa promesa y lo que significa para nosotros. Cuando Cristo regrese en las nubes del cielo, todo lo que es terrenal y hecho por el hombre (y por lo tanto temporal y a veces sin sentido) desaparecerá. Después del milenio en el cielo, esta Tierra con sus guerras, hambres, enfermedades y tragedias será hecha nueva y se convertirá en la morada de todos los redimidos, que finalmente se reunirán con su Señor.

La esperanza en la segunda venida de Cristo es un tema destacado en el Nuevo Testamento, y durante siglos los cristianos han anhelado el cumplimiento de esta promesa. Nosotros, también anhelamos su regreso. De hecho, el nombre mismo proclama esa esperanza.

En esta lección final, contemplamos esta promesa y lo que significa para la unidad de los cristianos. Nuestra unidad en Cristo a menudo se ve desafiada por nuestras limitaciones y debilidades humanas. Pero ya no necesitaremos buscar soluciones a nuestra fragmentación, porque no habrá fragmentación. En el Segundo Advenimiento, seremos uno con el Señor, reunidos definitivamente para formar una familia restaurada.

“He aquí yo vengo pronto”, Consejos para la iglesia, pp. 645-653; “El regreso de Cristo”, Eventos de los últimos días, pp. 275-282; “Una atmósfera celestial”, La Segunda Venida y el cielo, pp. 97-106.

“La resurrección y la ascensión de nuestro Señor constituyen una evidencia segura del triunfo de los santos de Dios sobre la muerte y el sepulcro, y una garantía de que el cielo está abierto para quienes lavan las vestiduras de su carácter y las emblanquecen en la sangre del Cordero. Jesús ascendió al Padre como representante de la familia humana, y allí llevará Dios a los que reflejan su imagen para que contemplen su gloria y participen de ella con él.

“Hay mansiones para los peregrinos de la Tierra. Hay vestiduras, coronas de gloria y palmas de victoria para los justos. Todo lo que nos dejó perplejos en las providencias de Dios quedará aclarado en el mundo venidero. Entonces las cosas difíciles de entender hallarán explicación. Los misterios de la gracia nos serán revelados. Donde nuestra mente finita discernía solo confusión y promesas quebrantadas, veremos la más perfecta y hermosa armonía. Sabremos que el Amor infinito ordenó los incidentes que nos parecieron más penosos. A medida que comprendamos el tierno cuidado del Ser que hace que todas las cosas obren conjuntamente para nuestro bien, nos regocijaremos con gozo inefable y rebosante de gloria” (CPI 652).

Resumen: La Biblia habla con certeza del momento en que esta Tierra será recreada y los estragos del pecado serán borrados para siempre. Por fin la humanidad será restaurada a su propósito original, y todos vivirán en armonía. Nuestra unidad espiritual actual en Cristo, aunque ahora no la alcancemos plenamente, en aquel entonces será una realidad vívida y eterna.


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