Justicia “Ester 6:9.”

Así se hará al varón cuya honra desea el rey. Ester 6:9.

Estaba el rey Asuero leyendo sin ganas el libro de actas y de pronto algo captó su atención. El judío Mardoqueo había descubierto una conjura en su contra y le había salvado la vida. El rey preguntó si lo habían recompensado, y le dijeron que no.

Esa madrugada, Amán llegó al palacio y el rey le preguntó qué honores recomendaba para un hombre a quien el rey quería exaltar. Amán aconsejó: “Para el varón cuya honra desea el rey, traigan el vestido real de que el rey se viste, y el caballo en que el rey cabalga, y la corona real que está puesta en su cabeza; y den el vestido y el caballo en mano de alguno de los príncipes más nobles del rey, y vistan a aquel varón cuya honra desea el rey, y llévenlo en el caballo por la plaza de la ciudad, y pregonen delante de él: Así se hará al varón cuya honra desea el rey» (Est. 6:7-9). El rey le dijo que hiciera eso con Mardoqueo (vers. 10). La sonrisa de Amán se tornó en mueca. ¡Suponía que los honores iban a ser para él!

Amán tuvo que obedecer. El pueblo se rió al ver cómo exaltaba a su enemigo. Al terminar, corrió a su casa a llorar su humillación. En vez de consolarlo, su mujer predijo que ese era solo el principio de sus humillaciones por haberse levantado contra un judío inocente.

El ánimo de Amán mejoró cuando asistió con el rey a un segundo banquete. Pero mientras comían, Ester le reveló al rey su origen judío e intercedió por su pueblo. Cuando el rey preguntó por el autor de la calumnia contra Mardoqueo y su pueblo, ella señaló a Amán. Enojado, el rey salió al huerto del palacio a respirar aire fresco, y Amán se quedó a rogar piedad a los pies de la reina. Cuando Asuero regresó, Amán estaba echado, suplicando piedad, sobre el lecho de la reina. Asuero pensó que intentaba ultrajarla y mandó que lo ataran (Est. 7:1-9). Entonces el eunuco Harbona le dijo que Amán tenía una horca sin estrenar en su casa, destinada para Mardoqueo. El rey ordenó que lo colgaran ahí.

Los judíos fueron autorizados a defenderse. Cuando llegó el día de su ejecución se adelantaron a quienes pretendieron lincharlos, y los mataron. Amán fue destituido y ejecutado. Ocupó el lugar de Mardoqueo en la horca, y Mardoqueo el de Amán en el trono. Y Ester se sentó como una reina en el centro de la Biblia.


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