“Juicio sobre Babilonia”

“Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades” (Apoc. 18:45).

Vimos que la sexta plaga causa el secamiento simbólico del Éufrates, cuando los habitantes del mundo, desilusionados, retiran su apoyo popular de la Babilonia del tiempo del fin. Sin embargo, su caída vendrá acompañada de extensas actividades demoníacas que falsificarán la obra de Dios, haciendo señales milagrosas. La más evidente de estas señales será hacer descender fuego del cielo, que quizá sea un falso despertar religioso (Apoc. 13:13). La actividad demoníaca tendrá éxito al unir al mundo entero en preparación para la batalla del Armagedón contra el remanente fiel de Dios.

Al inicio de la batalla final, se produce un gran terremoto como parte de la séptima plaga. El terremoto destruye la unidad de Babilonia y la divide en tres partes (Apoc. 16:1819). La Babilonia del tiempo del fin se presenta como una ciudad, lo que denota la unión a corto plazo de la trinidad satánica (el dragón, la bestia que sube del mar y la bestia que sube de la tierra) en su alianza con los poderes religiosos del mundo en contra del pueblo de Dios. Esta unidad se rompe, causando la ruptura de la Babilonia del tiempo del fin.

Debemos tener en cuenta que Apocalipsis 16:19 solo pronuncia la caída de la Babilonia del tiempo del fin. Los capítulos 17 y 18 nos detallan cómo ocurrirá realmente esta caída. Antes de describir la ruina de la Babilonia del tiempo del fin y las razones de su caída (Apoc. 17:12-18:24), Apocalipsis 17describe este sistema religioso apóstata del tiempo del fin, esta vez en términos de una prostituta sentada sobre la bestia que, juntamente con sus hijas, seduce al mundo contra Dios (Apoc. 17:1-11)

Antes de la caída de Babilonia, una voz del cielo insta al pueblo de Dios que aún está en Babilonia: “Salid de ella, pueblo mío” (Apoc. 18:4). Hay muchos adoradores de Dios que todavía están en Babilonia por distintas razones. Por ellos, Dios utiliza a su iglesia del tiempo del fin para llamar a esas personas a salir de este sistema religioso apóstata y a no participar de sus pecados. Deben salir de él para escapar de su destino. Dios no quiere que nadie de Babilonia perezca. Apocalipsis 19:1 al 10 muestra que muchas personas temerosas de Dios que están en Babilonia responderán al llamado. Por lo tanto, reflexiona en la tremenda responsabilidad que recae sobre nosotros como iglesia remanente de Dios. ¿Qué debería decirnos esto sobre la necesidad del poder de Dios en nuestra vida?


Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *