Felicidad… SÍ SERÁ BENDECIDO EL HOMBRE QUE TEME A JEHOVÁ…

sí será bendecido el hombre que teme a Jehová. Salmo 128:4.

Un pintor recibió un difícil pedido de parte de un rico varón: le encargó que pintara la felicidad.

La felicidad es abstracta, no se ve ni se toca. Se trata de un concepto, no de algo material. Es difícil graficar conceptos. De pronto, el artista tuvo una visión, y pudo pintar la felicidad.

Cuando volvió el hombre que le había encargado la pintura, esto fue lo que miró: Un hombre que vuelve a casa con la herramienta al hombro y va pasando frente a una iglesia. El rico quedó satisfecho. Con gusto pagó el cuadro.

¿Por qué le gustó el cuadro a este hombre? ¿Qué vio en él que lo dejó satisfecho? Vio los tres ingredientes de la felicidad: el trabajo, la fe y el hogar.

La fe dignifica al hombre. Lo eleva por encima de las bestias, porque lo conecta con lo trascendente. La fe ilumina la noche tenebrosa de la vida en este mundo. La fe se resiste a las miserias del presente porque avizora las riquezas del mañana. La fe es la semilla del futuro.

El trabajo también dignifica al hombre. Lo hace ser útil y sentirse valioso. Le provee sustento y aun riqueza. Lo mantiene ocupado en algo provechoso. Le da sentido de realización. Lo asemeja a Dios, el mejor trabajador, pues Jesús dijo: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” (Juan 5:17).

La familia es fuente de gozo y de motivación para vivir. Ella nos abraza cuando sufrimos, nos levanta cuando caemos, nos corrige. El salmista describió el dulce cuadro de una familia feliz: “Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos. Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien. Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa. He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová” (Sal. 128:1-4).

Por eso el hombre pagó con gusto el cuadro que pidió, y el artista, además de genialidad demostró sabiduría.

Valora tu juventud y enriquécela honrando a tu familia, trabajando con dedicación, y buscando a Dios.


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