EL MAJESTUOSO CANTO DE AMOR

LEE PARA ESTA SEMANA: El Cantar de los Cantares; Génesis 2:71 Corintios 7:3-5Juan 17:31 Juan 1:9Romanos 1:24-27Gálatas 5:24.

PARA MEMORIZAR:
“Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte es como la muerte el amor; duros como el Seol los celos; sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama” (Cant. 8:6).

Entre las etapas de la vida, una de las más importantes es el matrimonio. Como ya dijimos, no todos se casan, pero para los que sí lo hacen, el matrimonio conlleva desafíos especiales, y bendiciones especiales también. Entre esas bendiciones, está el maravilloso regalo de la sexualidad.
Al contrario de lo que opina la mayoría, la Biblia no está en contra del sexo. Está en contra del mal uso de este maravilloso regalo del Creador para la humanidad.
De hecho, el Cantar de los Cantares, uno de los libros más pequeños y quizá uno de los menos leídos de la Biblia, describe la relación entre una joven esposa, la sulamita, y su amado, que se cree que es el propio rey Salomón. El libro despliega los misterios de la intimidad humana y las delicias del amor conyugal en el matrimonio. Aunque al Cantar de los Cantares a menudo se lo ha abordado alegóricamente, como un símbolo de la relación de Dios con su pueblo, o de Cristo con la iglesia, ante todo es un poema sobre el amor que se establece en una relación humana muy real entre un hombre y una mujer.

“El matrimonio ha recibido la bendición de Cristo y debe considerarse una institución sagrada. La verdadera religión no debe contrarrestar los planes del Señor. Dios ordenó que el hombre y la mujer se unieran en santo matrimonio, para establecer familias que, coronadas de honor, pudieran ser símbolos de la familia celestial.
“Al comienzo mismo de su ministerio público, Cristo le dio una definida aprobación a esta institución que había sido creada en el Edén. Con su presencia en una boda, declaró a todos que el matrimonio, cuando se realiza en pureza y santidad, y con la verdad y la justicia, es una de las más grandes bendiciones concedidas a la familia humana” (HD 178).
Como muestra Cantares, el amor sexual puede ser algo maravilloso en el matrimonio. Pero una relación duradera no se puede basar simplemente en la belleza exterior ni en los encantos físicos. Nuestro cuerpo envejece y se deteriora, y ninguna dieta, ejercicio ni cirugía plástica hará que conservemos una apariencia eternamente joven. El matrimonio de Salomón y la sulamita es una relación comprometida de por vida. Tres veces afirman que se pertenecen el uno al otro (Cant. 2:166:37:10). La primera vez, es un reconocimiento de pertenencia mutua (comparar con Efe. 5:2133). La segunda vez, ella invierte el orden en la afirmación de su sumisión (ver además Efe. 5:2223). La tercera vez expresa el deseo de él por ella (Efe. 5:24-32). Un amor así no puede ahogarse (Cant. 8:7), es como un sello que no se puede romper (Cant. 8:6).


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