El clamor de los profetas
LEE PARA: 1 Samuel 8:10-18; Amós 5:10-15; Miqueas 6:8; Génesis 19:1-13; Ezequiel 16:49; Isaías 1:15-23.
PARA MEMORIZAR: “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios” (Miq. 6:8).
Los profetas del Antiguo Testamento se encuentran entre los personajes más interesantes de la Biblia. Sus voces estridentes, sus mensajes audaces, su sentido del pesar, la ira y la indignación y, ocasionalmente, sus mensajes actuados, lograron que no pudieran ser ignorados.
El pueblo y sus dirigentes eran fácilmente arrastrados por los ídolos y el estilo de vida de las naciones circundantes. La ingrata tarea de los profetas era instarlos a arrepentirse, recordándoles el amor y el favor de Dios por ellos y, en ocasiones, advirtiéndoles de las consecuencias de seguir alejándose de Dios.
Como veremos, entre los pecados y los males de los que fueron advertidos los líderes y al pueblo, uno de los más grandes era la opresión de los pobres, los necesitados y los indefensos entre ellos. Sí, adorar ídolos era malo; sí, seguir falsas prácticas religiosas era malo; pero aprovecharse de los débiles y los pobres también era condenable.
“Los profetas alzaron la voz contra la intensa opresión, la flagrante injusticia, el lujo y el despilfarro desmedidos, los desvergonzados banquetes y borracheras, la licencia y las orgías de su época; pero vanas fueron sus protestas, vana su denuncia del pecado”
Para Isaías, “la perspectiva era particularmente desalentadora en lo que se refería a las condiciones sociales del pueblo. Había hombres que, en su deseo de ganancias, iban añadiendo una casa a otra, y un campo a otro. […] La justicia se pervertía; y no se manifestaba compasión alguna hacia los pobres. […] Hasta los magistrados, cuyo deber era proteger a los indefensos, hacían oídos sordos a los clamores de los pobres y menesterosos, de las viudas y los huérfanos. […]
“Frente a tales condiciones, no sorprende que cuando Isaías fue llamado, durante el último año del reinado de Uzías, para que comunicase a Judá los mensajes de amonestación y reprensión que Dios le mandaba, haya querido rehuir la responsabilidad. Sabía muy bien que encontraría una resistencia obstinada”
“Estas claras expresiones de los profetas y del Maestro mismo deben ser recibidas como voz del Cielo para toda alma. No debemos desperdiciar oportunidad alguna de cumplir actos de misericordia, de tierna prevención y cortesía cristiana en favor de los cargados y oprimidos”
Resumen: Los profetas del Antiguo Testamento eran defensores apasionados del camino y la voluntad de Dios para su pueblo y, a menudo, se enojaban y se molestaban. Esta pasión, que reflejaba la preocupación expresada por Dios mismo, incluía un fuerte énfasis en la justicia a favor de los pobres y oprimidos. Los llamados de los profetas a volver a Dios incluían poner fin a la injusticia, algo que Dios también prometió hacer en sus visiones para un futuro mejor para su pueblo.