ADORAD AL CREADOR

LEE PARA EL ESTUDIO: Salmo 115:1-8Deuteronomio 10:17-22Salmo 101:1Isaías 1:10-1758Marcos 12:38-40.


PARA MEMORIZAR: “¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?” (Isa. 58:67).


Hasta una lectura rápida de los profetas del Antiguo Testamento nos alerta sobre sus preocupaciones por el maltrato a los pobres y oprimidos. Los profetas, y el Dios en nombre de quien hablaban, estaban indignados por lo que veían que hacían las naciones circundantes (ver, p. ej., Amós 1-2). Pero también tenían un sentimiento especial de ira y dolor por los actos de iniquidad cometidos por el propio pueblo de Dios, que había recibido tantas bendiciones divinas. Este pueblo debería haber actuado mejor; pero no siempre fue así, y los profetas tuvieron mucho que decir sobre esta situación.

También es interesante que muchas de las declaraciones sobre la justicia y la injusticia de los profetas del Antiguo Testamento se dan en el contexto de las instrucciones sobre la adoración. Como veremos, la verdadera adoración no es solo algo que ocurre durante un ritual religioso; también tiene que ver con llevar una vida que comparta las preocupaciones de Dios por el bienestar de los demás y que busque elevar a aquellos que han sido oprimidos y olvidados.

 Si bien los profetas estaban preocupados por el mal de la nación, se enfocaban especialmente en la maldad cometida por los que reclamaban y adoraban a Dios como propio. Para los profetas y para Jesús, la adoración es incompatible con la injusticia, y una religión así es hipócrita. La verdadera adoración que Dios desea incluye luchar contra la opresión y atender a los pobres y necesitados.


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